El viernes por la noche vi un capítulo de la serie que se llama "Mujeres Asesinas". La historia era común, una chica que buscaba sentido, un muchacho mujeriego ambos involucrados en un flash de relación y un embarazo no esperado.
Aunque el contexto de mi propia historia era diferente, tuve escalofrios en la escena en que ella le contaba a él de su embarazo y él, primero se enojó le dijo "no es mío, si se fue a acostar con otros manes mire a ver qué va a hacer pero a mí déjeme quieto". Después, cambió ligeramente de argumento y le dijo: "Si usted quería tener un hijo yo no, mire a ver qué va a hacer pero a mí déjeme quieto". Unos días después se puso dulce, le prometió conocerse más, seguir una relación bien bonita pero con ella "solita".
Me sentí algo estúpida y desconcertada. Así que esta historia, estos argumentos, este palabrerío es común y silvestre?
Yo escuché versiones de esas mismas frases, vi esos grados de enojo, las mismas actitudes.
Parte de mí ya se había olvidado de esta partecita de la historia. Parte de mí ya había olvidado aquella época en que el papá biológico de Isabela era denominado simplemente "el donante", o "el adn". Y esa parte terrible en que él estaba tan seguro de no dejarla nacer, que era "simplemente algo vivo como una plantita pero nada más".
Mientras escribo esto, mi hija juega en la cama. Da vueltas y patea. Ya casi es hora de dormirse.
Y yo vuelvo a orar por él. Donde esté, que esté bien. Que el Señor lo proteja y le haga sentir su gran Amor.
Mil historias, muchas historias, cuantas de estas chicas que escucharon como yo esta basura se dejaron convencer.
Señor, perdona nuestro mundo.