sábado, 31 de enero de 2009

El carne de la peluqueria

Ayer estuve con Isabella en la peluquería infantil, cortando las punticas del pelo para que le vaya aumentando y creciendo.

Me ofrecieron un carné para descuentos, promociones, regalo de cumpleaños etc. y cuando llenaba los datos decía, nombre, fecha nacimiento, NOMBRE DE LOS PAPÁS...

por costumbre, en todo lo de Isabella siempre escribo mi nombre y mis apellidos solamente, pero pensé que esa era la peluquería, otro mundo, a quién le importa cómo vivimos?

Escribí mi nombre, el de él y me temblaba la mano.

miércoles, 28 de enero de 2009

El Dia Prometido

Creo que en este mismo blog había dicho de lo especial que sería este momento.

A Isabella le gusta peinarme y despeinarme, estando en esas, me abrazó y me dijo "kele".

Kele, su manera de decir Quiero. Me quiere. Soy toda una mamá. Y una muy feliz.

Identificacion

Estos dias "desempleados" han servido para estar más tiempo disfrutando de esas cosas de ser mamá. Mientras uno no piense en el dinero, la vida puede ser maravillosa en cesantía, asumiéndolo como un merecido descanso (quizás diga otra cosa a comienzos de febrero que hay que pagar las facturas).

Isabella estaba saltando en la cama y se me acercó, a demostrarme lo que sabe:

Señala mis ojos -ojo y luego los suyos -ojo
Señala mi boca -oca y luego la suya - oca

y así, "ente", "niz", "cara", "ela" (oreja), "pelo"

Pero como no todo podía ser ternura, luego mete su dedito dentro de mi nariz y dice "oco, gassss"

martes, 27 de enero de 2009

Quesezo


El dedito señala y ella pregunta, "quésezo". Y está atenta a la respuesta para después repetir.

En el supermercado, en la fila de las bolsas de jabón, preguntó por cada bolsa, "quésezo" y la mamá respondía "jabón" al llegar a la última, mamá se le adelanta: "qué es eso" y ella dice "abón".

Ya pregunta por las personas que conoce.

- mile? - en la casa
- tina? - en la casa
- tio? - trabajando
- yule? - trabajando
- buela? en la casa

y así, varias veces al día.

Cuando suena el celular, sale gritando y me busca "ululá".

Y lo que más me gusta es cuando me encuentra distraída me acerca la carita y me dice "hola - tas? mien?" Bien y tu, Isabella, cómo estás? mien!


Le doy un remedio para la tos, sabor a naranja disuelto en agua. "Toma, Isa, un jugo, está rico." Lo recibe en su vaso pitillo y toma. Me lo devuelve "no tico, no quele".


Y yo me divierto tanto con sus avances y ocurrencias...

miércoles, 14 de enero de 2009

Encuentros



A pesar de lo esquiva que estuvo Isabela en Bogotá, cuando se encontró con Dorita, es como si la hubiera reconocido, a ella que nos recibió en su casa cuando Isa nació y aunque vivimos pocos meses en su casa, podemos decir que nos brindó calor de hogar y la luz de la Fe.




A los pocos minutos de haber llegado, Isabella jugaba, reía y se lanzaba a sus brazos.

Alguien con quien hablar

- Isabela, ven te pongo las chanclas.
- chacas?
- Sí, te gustan?
- (sí con la cabeza) zi, ninas
- Te pongo las chanclas lindas y vamos a la tienda
- Tiena? chito? momón?
- No, no vamos a comprar chitos ni bombom, vamos a comprar queso.
- Quezo? vevo?
- Sí, queso, pero huevos no porque ya tenemos huevos.

Ya tengo con quién tener conversaciones coherentes, me comprende lo que le digo, y sabe expresar lo que quiere decir.

sábado, 10 de enero de 2009

Solo para mi


Isabela está llena de gracias, cosillas que hace que endulzan mis días... pero al parecer son para mí sola... sus palabras y conversaciones, muecas, ocurrencias, no son para nadie más.


Cuando está con personas que no conoce, se queda seria, junta las cejas y aprieta los labios y me pide que la cargue. Cuando tiene un poco más de confianza, se sonríe y dice una que otra palabrita, nada más.



Así que por eso digo que las gracias de mi hija, ella las muestra solo para mí.

jueves, 8 de enero de 2009

El Mito del "que le quede grandecito"

Este es uno de los consejos máximos que se reciben en la vida de nueva mamá: "cómprale las cosas que le queden grandecitas, para que no se le queden muy rápido". Y mi hija tiene ya 20 meses y desde antes de nacer, he obedecido el consejo de comprarlo todo "grandecito" una o dos tallas más... que para economizar y que no se le quede la ropa muy rápido, debido al veloz crecimiento de los niños.

Como resultado, creo que mi hija tiene y ha tenido ropa muy linda pero aunque tenga ropa nueva, nunca se ve tan "bien vestida" como cuando se estrena. La razón:

Cuando la ropa está nueva, se le ve grande y cuando ya está de su medida... se le ve claramente usada y lavada y vuelta a lavar...

(o con alguna pequeña mancha que se le escapa al chis chis prelavado, el jabón en polvo oxi-azul para lavadora y el blanqueador que ya no es blanqueador porque es "ropa -color"... esta mamá no restriega...).

Anda con doble media porque los zapatos le quedan grandes, además que tropieza en ellos... Está bien, los usará más tiempo, pero no con la misma comodidad que tendría si fueran de su talla. Lástima que he tomado esta decisión después de haber comprado sus zapatos para el Jardín infantil que comienza el próximo mes... creo que fue de las últimas cosas que compré siguiendo el famoso consejo-mito, me aseguré de que le cupiera un dedo por detrás del piecito a Isabela, al comprárselos, ahora usará triple media hasta que el piecito le crezca a la medida, pero... cuando estén de su medida no sé qué tanto habrá de zapatos, siendo negros, de charol y de uso diario...

Creo que seguiré comprando cosas más de su medida, ya que ella no es de crecimiento acelerado y además que cada vez esta mamá es más experta en aquello de la "promoción", en distinguir verdaderas ofertas de las cosas en que lo barato sale caro.

De todas maneras, no digo que con la ropa lavada no se vea bien, de hecho, la ropa que le han dejado sus primitas Valentina y Marcela está buena y se le usa, pero me refiero a que cuando haya oportunidad de comprarle, sea para verse linda, a la moda y no con las mangas dobladas y los hombros caídos o los zapatos nadando...

miércoles, 7 de enero de 2009

Fiebre y Celos

Estamos en Bogotá, visitando algunos familiares y amigos. Isabella no se ha sentido cómoda con el cambio, de hecho en la casa donde nos estamos hospedando cuidan algunos niños y cuando me vio cargando un bebé, empezó a llorar de una manera parecida a buuumm (silencio) buuummm (silencio), con un gesto de angustia impresionante. De nada valió mostrarle que el bebé es lindo y que lo tocara, ella no quería a ese extraño entre los brazos de su mamá.

Después, mientras ella dormía su siesta yo empecé a hacer trenzas a las niñas y cuando ella despertó y me vio así ni siquiera lloraba, sólo gemía y me miraba.

Esa noche tuvo fiebre. Creí que era resfriado pero después de varios mimos, algo de acetaminofen y que escuchara su primita Valentina por teléfono, amaneció bien.

Cuánto por aprender sobre los niños...