Estamos en Bogotá, visitando algunos familiares y amigos. Isabella no se ha sentido cómoda con el cambio, de hecho en la casa donde nos estamos hospedando cuidan algunos niños y cuando me vio cargando un bebé, empezó a llorar de una manera parecida a buuumm (silencio) buuummm (silencio), con un gesto de angustia impresionante. De nada valió mostrarle que el bebé es lindo y que lo tocara, ella no quería a ese extraño entre los brazos de su mamá.
Después, mientras ella dormía su siesta yo empecé a hacer trenzas a las niñas y cuando ella despertó y me vio así ni siquiera lloraba, sólo gemía y me miraba.
Esa noche tuvo fiebre. Creí que era resfriado pero después de varios mimos, algo de acetaminofen y que escuchara su primita Valentina por teléfono, amaneció bien.
Cuánto por aprender sobre los niños...
miércoles, 7 de enero de 2009
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