domingo, 29 de marzo de 2009

miedo

mieo, tuto.

Ya lo sabe expresar.

Y ahora me dice que "mieo ñau" ahora ve ñau y le da miedo. Pero en casa no hay gatos.

Y "tuto" cuando pasa una moto haciendo ruido fuerte.

Y también cuando se le cae un muñeco le da "que pesal"

Está llena de sentimientos.

Es frecuente verla dando besitos a los juguetes y acariciando a su osito pimi.

Los 23 meses

Tengo una dulce y pegajosa niñita creciendo en mi casa.

La salud es frágil y hoy soy yo la que por una repentina y fuerte conjuntivitis estoy en casa, haciendo malabares para tener el menor contacto con mi hija y creo que tengo las manos más delgadas de tanto lavarlas con antibacterial antes de tocar cualquier cosa que la toque a ella. Y pues claro... ella que va a entender... ella quiere igual, siesta agarrada de mi mano, besitos y abrazos, jugar a la rueda, treparse encima de mí y dar volteretas...

De todas formas, inventamos maneras, ella me trajo su bebé para que le ayudara a darle la sopita en plato y cuchara de juguete. Desocupó su caja de juguetes pequeños y reencontró pelotitas y cascabeles que no había visto hace tiempos. También practicamos subir y bajarse de la cuna, ya logra subirse sola.

En un momento me dijo "llulle" y yo no estaba segura qué me decía, si ayude, sube, hasta que entendí "arrulle", arrullé el bebé pero no, ella quería "llulle abela". Entonces, envuelta en la cobija y alejadita de mis ojos le arrulle con canciones, arrurú mi niña y duerme negrito y siendo pequeña casi no me cabe en los brazos.

Tiene 23 meses, acercándose a los 24, son lindas las niñas a esta edad, siguen siendo graciosas, y aprenden velozmente, cada cosa que se les dice y se les enseña. Son esponjas. Todos los días aumenta su vocabulario, el uso de pronombres y la comprensión de lo que se le dice.

En crecimiento y desarrollo dijeron que está bien, como siempre baja de peso y talla pero lo que le faltaba que era hacer garabatos circulares ya los ha mejorado.

Ha mejorado su atención a la televisión y ya interactúa con lo que ve y lo entiende, así que he empezado aún más a filtrar lo que sale por la pantalla mientras está en casa.

Y en cuanto al pañal, casi todo el día pasa sin él, con buenos resultados, a veces se distrae y se hace en la ropa pero por lo general, corre al vasito sube y baja su ropa y pide "pepel" para la limpieza, luego lo deja en la "asula".

Estoy contenta, viendola crecer, en mi rol de mamá, cada vez más integrado con el resto de mi vida y viendola simplemente vivir. Y orando mucho la protección del Señor para ella, a veces uno olvida lo poderosas que son las oraciones de una madre.

lunes, 23 de marzo de 2009

El poder de las creencias

En la segunda sesión de la escuela básica de mujeres Omnilife, el tema fue Creencias. Y la metodología de la escuela está hecha para que quien se disponga pueda tocar su propio dolor y así encontrar respuesta a sus preguntas.

Este fin de semana hablamos de creencias limitantes, aquellas cosas que desde pequeños aprendimos a creer como reales y se quedaron a nivel inconciente, condicionando la manera en que vivimos, impidiendonos alcanzar las cosas que queríamos. Como si la vida y los sueños fueran tierra en la que sembramos abonamos y cosechamos... pero qué cosechamos? no siempre lo que creímos haber sembrado porque... había otras semillas más adentro.

Yo encontré varias, pero especialmente una creencia limitante que viene heredada por las mujeres de mi familia y que necesito cambiar, antes que la mujercita que crece en mi casa -mi hija- la absorba como esponja.

"Los hombres te hacen sufrir".

Esta creencia estaba presente en muchas mujeres de la escuela y nos explicaban que para cumplir la creencia, elegíamos relaciones con hombres con los que efectivamente hubiera sufrimiento presente. Y no estamos hablando solamente de relaciones afectivas y de pareja, sino de todas las relaciones humanas, jefes, amigos, familiares, compañeros de labor...

Y yo, pude descubrir una variante singular... gracias a la búsqueda interior que he tratado de hacer de tantas maneras, durante mi vida, quizás ya no me relaciono con hombres "chico malo" y me he encontrado con hombres buenos pero de alguna manera, logro sabotear las relaciones hasta lograr encontrar el punto en que sean "malos", me traten mal y puedan dañarme, para no decepcionar ni traicionar esa creencia.

Esto es muy extraño, ni siquiera sé si tengo razón en la interpretación que estoy haciendo, sólo sé que logro sentirme un poco menos perdida en el mundo y tengo una sensación de libertad que no sé bien cómo explicar.

jueves, 5 de marzo de 2009

DOS HORAS


Tengo un nuevo empleo. Trabajo de 730 a 530 de lunes a viernes. Llego a casa dos horas antes de lo que llegaba el año pasado en el empleo anterior donde me "encadenaban" a mi puesto de trabajo con una montaña de papel por procesar... Gano menos $$ pero gané en tiempo, veo la luz del día y bueno, esas dos horas...

... esas dos horas ya se ven en la sonrisa de mi hija... y en la mía también. La encuentro despierta y con ánimos de jugar, me canta lo que cantó en la guardería, me habla, hace pataletas, come... en fin... tenemos tiempo de compartir en familia.

Y los sábados libres!! Qué bendición. Hacemos salidas con la abuela, o simplemente nos quedamos en pijama hasta tarde viendo muñequitos en la tele y exagerando al desayuno... esas malas mañas tan ricas que nos encargamos de trasmitirle a nuestros hijos.

Y si hay tiempo de compartir con hija, mamá también siente que sin culpa puede dedicar tiempo a cosas de ella.

Dos horas nada más... pero que se han convertido en un MUCHO más.

¿por qué no en todas las empresas entienden esto y dejan que sus empleados vivan la vida y vivan a sus familias?

miércoles, 4 de marzo de 2009

Construyendo Recuerdos

Isabella va creciendo, llegando a una edad que su memoria quizás pueda recordar cuando llegue a adulta.

Es hora de empezar también a construirle sus recuerdos, por lo menos de la manera más conciente que pueda. Darle cosas bonitas, ambientes, experiencias y sobre todo hacerla sonreir y reir mucho.

De las cosas más difíciles de aceptar de mi propia niñez es que no me recuerdo sonriendo ni feliz. Tampoco recuerdo momentos críticos, traumas ni cosas espantosas.... tengo recuerdos de una niña sobria, demasiado seria, pausada y crítica para su edad. Muy inteligente pero muy sola. (Y realmente, al cumplir los 30 años, pensé que por fin mi cuerpo había alcanzado mi edad interna).

Anoche le hice a mi hija un show en la cocina, micrófono improvisado en la mano y la radio sonando "Eclipse total del amor"... ella me miraba con esos ojos brillantes e inocentes que tiene;

tengo que reconocer que poco me ha visto cantar y bailar, hablamos mucho y la hago reir a cosquillas y la trato con ternura la consiento, le juego... pero si quiero que sea una niña más divertida y más espontánea que yo también debo hacerlo yo.

Y también romper ciertos esquemas... para mí los zoológicos son unas celdas terribles para unos animalitos inocentes con mala suerte... pero cuando uno es niño, le encanta verlos. Quizás ya sea hora de ver los lefantes, tiges y patos fuera de sus cuentos...

Los terribles dos años

Entre lo que se lee sobre los niños, dice que los dos años son "terribles" para los padres, porque se vuelven los dulces angelitos, en seres gritones, llorones, caprichosos, groseros...

Isabella es toda una niña de casi dos años.

A veces grita por motivos que una no considera merecedores de tales alaridos: algo que no se le entregó, un vaso de yogur q no se le sirvió en el momento inmediato, un tetero que goteó... controlarle el impulso de dar palmadas es muy difícil siguiendo las teorías modernas de no darles una buena nalgada... pero las abuelas me dicen q la corriga a tiempo porque después es más difícil y los libros dicen "solo diálogo" pero quién dialoga con un tigrillo rabioso.

Con lo que sí hay que tener cuidado con los regaños, es si uno intenta corregirlos o simplemente desahogarse porque sí que realmente logran enojarlo a uno.

Intentando calmarme, no tomar demasiado en serio esos episodios de gritería y esperar a que se calmara, pensé en lo difícil que debe ser cuando el angelito está más grande, ya sabe hablar y contestar groseramente, con palabras ofensivas, sarcásticas o chantajistas; cuánta paciencia se necesita para hablar con una hija adolescente furibunda porque no se le permita el novio vago, el cigarrillo o llegar con tragos?

Entre la responsabilidad de ser madre, está también la de construirse como persona, cada día más, mucho más. Para no llevar los propios complejos y las propias heridas al momento de discutir con los hijos, tener el corazón limpio y al día creo que ayudará mucho en la hora de enfrentar estos momentos difíciles.