miércoles, 4 de marzo de 2009

Los terribles dos años

Entre lo que se lee sobre los niños, dice que los dos años son "terribles" para los padres, porque se vuelven los dulces angelitos, en seres gritones, llorones, caprichosos, groseros...

Isabella es toda una niña de casi dos años.

A veces grita por motivos que una no considera merecedores de tales alaridos: algo que no se le entregó, un vaso de yogur q no se le sirvió en el momento inmediato, un tetero que goteó... controlarle el impulso de dar palmadas es muy difícil siguiendo las teorías modernas de no darles una buena nalgada... pero las abuelas me dicen q la corriga a tiempo porque después es más difícil y los libros dicen "solo diálogo" pero quién dialoga con un tigrillo rabioso.

Con lo que sí hay que tener cuidado con los regaños, es si uno intenta corregirlos o simplemente desahogarse porque sí que realmente logran enojarlo a uno.

Intentando calmarme, no tomar demasiado en serio esos episodios de gritería y esperar a que se calmara, pensé en lo difícil que debe ser cuando el angelito está más grande, ya sabe hablar y contestar groseramente, con palabras ofensivas, sarcásticas o chantajistas; cuánta paciencia se necesita para hablar con una hija adolescente furibunda porque no se le permita el novio vago, el cigarrillo o llegar con tragos?

Entre la responsabilidad de ser madre, está también la de construirse como persona, cada día más, mucho más. Para no llevar los propios complejos y las propias heridas al momento de discutir con los hijos, tener el corazón limpio y al día creo que ayudará mucho en la hora de enfrentar estos momentos difíciles.

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