lunes, 28 de abril de 2008

y dile que la quiero

Me da vergüenza haber sido tan egoísta cuando mis amigas y amigos tuvieron hijos... para mí era un evento menos importante que el cumpleaños, algo como tan normal... incluso tan incomprensible.

Ahora, mis amigos solteros y sin hijos, quieren a mi hija, siempre preguntan por ella, se interesan por su salud y su desarrollo... le mandan besitos abrazos y me dicen "dile que la quiero". Y yo me siento contenta.

Lección aprendida.

lunes, 21 de abril de 2008

sin titulo

Llegamos de la reunión de cumpleaños, cansadísimas. Isa sigue indispuesta asi que pronto la alisté para dormir.

Ella se quedó, limpia y llenita, recostada en la cama, mirandome. Yo tenía tanto sueño también...

No queríamos jugar, pero había una pausa antes del sueño. Y yo, le hablé del mar, de las olas y las palmeras, de la arena bajo los pies, del agua y el sol.

Mi hija tiene una mirada hermosa y profunda, como el mar.

viernes, 18 de abril de 2008

TU PRIMER CUMPLEAÑOS


Entre Dios y los médicos eligieron tu día y tu hora de nacimiento. Abrieron la pancita donde estabas guardada y te dieron el milagro de la primera respiración.


De ahí para adelante, hemos vivido las dos juntas las alegrías de muchas primeras veces. Contigo, hija, todo es novedad, esperanza, y también, esfuerzo y aprendizaje.


A Dios bendigo por confiarme el tesoro de tu vida.

Y le agradezco darme los medios suficientes para avanzar a través de los días.


Feliz Cumpleaños, Isabella querida.


Y gracias por elegirme para ser compañía en tu camino.

miércoles, 16 de abril de 2008

una de tantas trasnochaditas

11:30 pm mamá termina de organizar unos documentos en el computador y va a acostarse. Consiente a bebé que ya duerme, siente las manitos calientes, quizás mucho, mamá mira a bebé ... mejor la deja dormir pero está pendiente.

Bebé se mueve inquieta en su sueño, mamá la toca, sigue muy caliente, decide levantarse. Alista el termómetro. Bebé se despierta le sonríe y mamá le da un besito, le quita el pañal y le pone el termómetro en la colita, 37.6°.

Cambio de pañal y mamá muy segura le trae agua hervida y le da con cuchara, bebé la recibe con desesperación de sedienta. En una de las cucharadas le da dolex en lugar de agua y cuando bebé se entera ya se la ha tragado, mamá se ríe un poquito y después del agua la vuelve a acostar. Bebé se reacomoda y se duerme. Mamá mira el reloj, son las 3:25 a.m.

A las 5:30 am suena el despertador, mamá se levanta con los ojos cerrados y camino a la ducha piensa y murmura: "gracias Señor, yo te alabo por este nuevo día y por este sueño porque es de la alegría de tener una hija que me diste"

Y luego piensa, que no podría escribirlo aunque quisiera porque con tanto sueño, no sabe bien si alegría y alabo son con H.

Y se ríe.

martes, 15 de abril de 2008

quien es esa valiente muchachita

La veo en mi memoria como si fuera de otros mundos, de otras vidas, caminando hacia los lados como un pingüino porque su barrigota no la deja mover con la soltura de antes. Va despacio, despistada, con una media sonrisa dibujada en la cara, y algo parecido a lágrimas asomadas.

Camino al trabajo, con dolores leves y viviendo como alguien sin preocupaciones, a pesar que las tiene, pero son trasparentes para ella. Y todo el día contesta la misma pregunta: "cuando nacerá", "en la semana del 20 de abril".
Anda sola, se siente acompañada, está pobre y se siente afortunada, tiene miedo pero se siente valiente. La vida le está cambiando y ella lo sabe.

Hace un año, era yo esa misma embarazada llena de preguntas y una firme oración todos los días. Desde las ultimas dos semanas, alimentada con excesivas porciones de caldo de pescado por la buena Dorita. Hacía Rosarios y lloraba un poquito de vez en cuando.

Si me preguntan ahora, felicitaciones a esa valiente muchachita, que pasó por su embarazo, tan sola y tan bendecida, tan atropellada y tan agradecida. ¿cómo lo hice? No lo sé, seguramente la Mamá de Dios siendo mamá conmigo, otra vez.

Y bueno, atravesando hora a hora con su bebé, esa misma muchachita sigue siendo más valiente y más mamá.

Me gustaría decirle a la que yo fui, "ánimo, todo va a salir bien, eso que temes en lo profundo, no pasará, eso otro que temes en lo profundo, sí sucederá y peor de lo que piensas pero no tambalearán tus pasos... Dios te sostiene y DE QUE MANERA"

sábado, 12 de abril de 2008

Independiente

He tratado de seguir lo más fielmente posible los consejos de pediatras, enfermeras y portales de internet sobre bebés... pero lo que la modernidad no pudo hacer conmigo fue convencerme de no darle tetero a Isabella, sino leche en vasito...


Es que pasar por ser bebé sin el tete... sin el chup chup chup...


Ahora, como ya es una bebé graaaande, desde que estaba terminando los 10 meses ya aprendió a tomarse sola tu tetero. Despeinada, recién levantada, con un murmullo entre saludo, sonrisa y lamento, me pide el desayuno. Yo le doy un tetero tibio, lleno de leche y mucho cariño.

Traviesa

Más de tres minutos de silencio... Isabella estaba silenciosa sobre la cama... me asomé despacio ¿se habría dormido otra vez?





Cuando la encontré y vi lo que estaba haciendo ya enterada de su propia picardía, me sonrió...



Esta regando todos los copitos de algodón de la cajita!!!

martes, 8 de abril de 2008

las feministas callaron la verdad sobre la maternidad

Me quito el sombrero ante este maravilloso articulo... lo firmo casi en su totalidad (excepto por los manolos de 1000 dolares y la ropa de diseñador...) y creo q a mí tambien me engañaron, especialmente cuando creí y repetí tantas veces que tener un hijo soltera es igual o mejor.

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Las feministas callaron la verdad sobre la maternidad
Alex Mayhttp://www.masalto.com/
Fuente: Mujer Nueva (Sydney Morning Herald, 27-6-2002)

Las feministas me estafaron. Toda mi vida creí que me habían hecho un gran favor quemando sus sujetadores por mis derechos a la educación y a la igualdad salarial.

Y me convertí en una ciudadana correcta, terminando mis estudios universitarios y marchando a buen paso por el transitado camino de la vida profesional. Eso sí, una feminista que se pintaba los labios y no pasaba un solo día sin zapatos de tacón alto, pero feminista al fin y al cabo. Y entonces tuve un hijo.

Ahí es donde me mintieron. Como un médico atareado que no te dice cuánto va a doler la inyección, esas feministas con buenas intenciones nunca dijeron la verdad sobre todo lo relacionado con dar a luz y ser madre.

Entre otras cosas, se olvidaron de decirnos: Recuerda hacerlo antes de que tus ovarios se marchiten. Y cuando lo hagas, intenta apartar de tu cabeza todos esas ideas de preparación profesional e igualdad salarial, o si no, no lo disfrutarás. Yo estaba demasiado ocupada aprovechando todo lo bueno que el feminismo me había aportado para pararme a pensar en la maternidad. Conseguir una buena formación e iniciar y consolidar una carrera profesional era mucho más importante que pensar en bebés. Tener hijos antes de estar preparada era el peor error: te convertías en una mala madre que iba a descargar sobre su indefenso hijo toda la frustración de una ambiciosa carrera truncada.

Imagínate esas pobres mujeres de los suburbios urbanos, oprimidas, que dependen de un hombre para vivir. Esas almas miserables que tienen que colgarse del Valium todo el día para seguir adelante, y que nunca sabrán lo que es comprarse un par de zapatos Manolo Blahnik de 1,000 dólares el par. Trabaja duro y podrás tenerlo todo, era la promesa feminista implícita. Primero, crea y consolida tu carrera profesional. Retrasa la maternidad hasta que llegue el momento adecuado. Las mujeres pueden tener hijos a los 40, ya sabes... Y yo, tontamente, esperé a entrar en la treintena para tener un hijo.

Desde luego, me considero afortunada porque el 25 por ciento de mis amigas que creen que algún día tendrán hijos, probablemente no llegarán a tenerlos, o al menos eso dice la Oficina de Estadísticas y el Ministro de Servicios Familiares, Ross Cameron. Pero ojalá lo hubiera hecho antes. Ojalá hubiera pasado la década de los 20 metida hasta las rodillas entre pañales y pobreza. De ese modo, no estaría así ahora, en mis treinta y tantos, metida hasta las rodillas entre pañales y pobreza. Y encima, con mucha menos energía.

Ninguna mujer en su sano juicio querría esperar a pasar de los treinta o llegar a los cuarenta para empezar a tener hijos, si lo pensara bien. Tener una década extra o más para gastar el salario que nos hemos ganado con nuestro sudor, en cosas tan glamorosas como ropa de diseño, costosos cortes de pelo, restaurantes elegantes una o dos veces por semana o unas espléndidas vacaciones de verano, sólo hace que desprenderse de todo eso resulte aún más difícil. Las feministas olvidaron decirme que debía ahorrar parte del dinero que ganaba.

La maternidad no es barata; tienes que renunciar a tus ingresos y a tu derecho a los bienes y comodidades de que gozabas a los veintitantos, salvo que seas una de esas mujeres oprimidas que pueden confiar en un marido con sueldo alto. Las feministas nos hicieron demasiado listas y ricas por nuestro propio bien. Pero aquí me tienen, a mis treinta y tantos, hipotecada hasta el cuello e incapaz de ganar el sueldo al que estaba acostumbrada, porque tengo un hijo al que siento que debo dedicar el mayor tiempo posible. Lo sé, se supone que las guarderías son la solución.

Pero nadie me había contado lo terrible que es pensar que mi hijo pasa 48 horas a la semana con una puericultora –aunque sea excelente- y sólo una o dos horas al día conmigo. Se ha confundido todo.

Las mujeres no deberíamos estar trabajando por el privilegio de poder pagar a otras personas con sueldos más bajos para que eduquen a nuestros hijos. Y todas estas feministas de segunda generación son dignas hijas de sus madres. Mi propia madre vive a la vuelta de la esquina, y la gente me dice: Qué suerte tienes, seguro que está todo el tiempo contigo, ayudándote. Ojalá.

Está demasiado ocupada para eso: come en restaurantes, trabaja 50 horas a la semana en un trabajo estresante, y ahorra todo lo que puede para poder retirarse antes de los 70 (la pensión de jubilación para madres solteras de esa generación que educó buenas feministas, es bastante escasa). Me encanta ser madre. No es necesario tener una carrera universitaria e igualdad salarial para descubrir las maravillas de la maternidad.

Clichés aparte, ser madre es verdaderamente increíble y realizador... pero las feministas tampoco nos lo habían dicho.

Medicina Natural

Hay que probar para saber...

Experimentar lo que es tener un bebé es como experimentar un olor perfumado... no es posible anticiparse, todo el mundo lo puede describir con palabras y detalles pero hasta no sentirlo no es posible decir que se ha experimentado.

Ayer llegué corriendo al consultorio del pediatra, mi mamá me hizo el favor de llevar a la bebé y yo debía llegar antes de que nos llamaran a la consulta. Cuando Isabella me vio empezó a saltar sobre la silla y me regaló su luminosa sonrisa, cuando llegué hasta ella se me colgó y me abrazó sin dejar de saltar.

Nadie podría haberme advertido de cómo un gesto sencillo y espontáneo de un bebé puede hacerle a uno tanto bien de adentro hacia afuera. Desaparece el cansancio, el calor, el frío, cualquier preocupación y sólo queda uno en un mundo mágico con su bebé.

Qué mejor medicina natural puede existir que esta, el regalo de la alegría de una niña pequeña que es feliz sólo con mirarme. Y yo, qué puedo hacer? ser feliz sólo con mirarla.

lunes, 7 de abril de 2008

Los primeros zapatos

Un bebé nace absolutamente indefenso... no se puede siquiera mover, hay que voltearlo mientras duerme para que no se canse hacia un solo lado.

Ahora, Isabella tiene casi control total de sus movimientos ser una gateadora le permite ir de lado a lado de la casa, ponerse de pie agarrada de cualquier cosa (incluso mis pantalones)... solo le falta empezar a caminar y luego a correr y saltar.

El sábado su madrina le regaló los primeros zapatos de verdad, con talla y con zuela. Y el domingo los estrenó... al sentirse bien apoyada sobre el piso, Isabella desfilo todo el día pegada a la cama y a las paredes.

Al final del día, estaba intentando hacer solitos sobre la cama, y por supuesto, mostraba una sonrisa de satisfacción que demostraba lo feliz que estaba de sus progresos.

domingo, 6 de abril de 2008

momentos



ya se posar cuando veo la camara, alisto mi mejor sonrisa y una buena postura...






















Me gusta comer pandeyuca

viernes, 4 de abril de 2008

Planeando

Y faltan 15 días para el cumpleaños de Isabella... su primer aniversario de nacimiento y yo estoy tan emocionada casi como lo estuve para su nacimiento. En el Bautizo hicimos una celebracion sencilla... ahora quisiera compartir esta alegría con más personas, aunque también de manera sobria y económica.

Empecé a hacer lista de invitados, a pensar... y definitivamente soy una chica del tiempo de internet pensé si de pronto encontraría información sobre mis inquietudes, que servir de comida, etc y entonces el magico google le dije primer cumpleaños y me mostro un enlace q dice "como planear la fiesta de primer cumpleaños" ja ja ja ja ja...

miércoles, 2 de abril de 2008

En la Intimidad de Mi Misma

Estoy conmigo misma, otra vez. Mi cuerpo para mí, mis pensamientos para mí, mi alimentación para mí. Hasta puedo tinturarme el cabello, hacer dieta o "tomar guardiente y decir..."

Los días de lactancia han terminado. Sabiamente entre la leche e Isabella se entendieron y en el momento que la bebé no quiso más, no hubo más producción.

Y yo que ya pasé:
- por el embarazo, la deliciosa invasión de una nueva vida dentro, con sus tres trimestres cada uno tan diferentes.
- el parto, la transición de embarazada a mamá y de conocer a la nueva personita, la hora cero, la hora del riesgo y de la clínica.
- la dieta, la hora de los adoloridos, la recuperación, los cambios hormonales, la sangre del puerperio, el llanto del bebé, las noches sin dormir, las visitas, los regalos
- la lactancia, el dulce dolor de los senos repletos de leche, y los cuidados, no comas frío, no comas caliente, no comas picante, no comas limón, piensa en lo que estás comiendo, toma coladas, toma hinojo, toma aguadepanela, no dejes que a la leche le de el sol.

Y ahora, ya casi dos años después de que inició toda esta aventura, empieza a haber silencio... llegan otras épocas, Isabella pasa de bebé a niñita y yo de materna a mamá.

Ya en mi cabeza no me concibo como un ser-mamá, sino como la yo de siempre ahora con otro rol, otra faceta para asumir, dentro de las demás.

En la intimidad de mí misma vuelvo a encontrarme con lo que era... es verdad que cambié, que nada vuelve a ser igual, pero las demás facetas de mí vida me estaban esperando para que después de que pasara toda esta "marea alta" de la maternidad, las retomara.