miércoles, 2 de abril de 2008

En la Intimidad de Mi Misma

Estoy conmigo misma, otra vez. Mi cuerpo para mí, mis pensamientos para mí, mi alimentación para mí. Hasta puedo tinturarme el cabello, hacer dieta o "tomar guardiente y decir..."

Los días de lactancia han terminado. Sabiamente entre la leche e Isabella se entendieron y en el momento que la bebé no quiso más, no hubo más producción.

Y yo que ya pasé:
- por el embarazo, la deliciosa invasión de una nueva vida dentro, con sus tres trimestres cada uno tan diferentes.
- el parto, la transición de embarazada a mamá y de conocer a la nueva personita, la hora cero, la hora del riesgo y de la clínica.
- la dieta, la hora de los adoloridos, la recuperación, los cambios hormonales, la sangre del puerperio, el llanto del bebé, las noches sin dormir, las visitas, los regalos
- la lactancia, el dulce dolor de los senos repletos de leche, y los cuidados, no comas frío, no comas caliente, no comas picante, no comas limón, piensa en lo que estás comiendo, toma coladas, toma hinojo, toma aguadepanela, no dejes que a la leche le de el sol.

Y ahora, ya casi dos años después de que inició toda esta aventura, empieza a haber silencio... llegan otras épocas, Isabella pasa de bebé a niñita y yo de materna a mamá.

Ya en mi cabeza no me concibo como un ser-mamá, sino como la yo de siempre ahora con otro rol, otra faceta para asumir, dentro de las demás.

En la intimidad de mí misma vuelvo a encontrarme con lo que era... es verdad que cambié, que nada vuelve a ser igual, pero las demás facetas de mí vida me estaban esperando para que después de que pasara toda esta "marea alta" de la maternidad, las retomara.

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