He comprado algunos rompecabezas para mi hija, pero no había encontrado uno como lo quería, de madera y barato...
Hasta que encontré uno, de 25 piezas y llegué a casa con él.
Nuevo programa del sábado, armar rompecabezas.
Pero el reto mayor no era armar el rompecabezas, sino cómo enseñarle a ella a armarlo.
¿Dejarla libre con el problemilla?
¿Enseñarle a ubicar colores y ojos para empezar a armar?
La primera vez lo fuimos armando y le decía "intenta si este es el de ahí" y lo ubicaba.
Luego pidió "otra vez" y entonces armé la mayor parte y le dejé 6 piezas para que acomodara ella.
Su alegría al encajar las fichas, su enojo al no poderlo hacer, su carita de concentración...
me hicieron sentir eso que con tanta frecuencia sentimos las mamás... el gozo por el acierto y la culpa por no haberlo hecho antes.........
lunes, 9 de noviembre de 2009
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1 comentario:
Y así le vas enseñando la vida misma. Hoy, es un rompecabezas, mañana ella ya habrá aprendido que cuando algo no le cuadre en la vida, ya sabe a quién recurrir.
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