martes, 6 de abril de 2010

Que dificil es criar


Casi las 10:00 p.m. le llevé a mi hija un vaso con milo en leche apenas tibia porque ella quería era leche fría.

Cuando lo vio empezó a gritar que no era eso lo que quería y lloraba con unas grandes lágrimas que le bajaban por las mejillas y yo me quedé mirandola.

El malgenio que me dio me decía que le gritara, le diera una palmada, un regaño y la obligara a tomarse el milo así o la obligara a dormise sin tomar nada.

La preocupación de madre de que mi hija se acostara sin comer, me hizo pensar en traerle otro vaso con la leche como la estaba pidiendo.

Y pensaba en esos hijos que ya grandes le tiran a sus mamás el plato de comida por frio por caliente, por que no tiene lo que ellos querían.

Qué difícil es criar. Porque la opción que yo tomara ahí era una opción de crianza, y yo ahí sola sin saber qué era lo correcto ni qué sería lo mejor para su vida.

Espantada ante una patoja de 3 años. Sin saber qué hacer ni cómo actuar, parada tontamente frente a ella con un vaso de leche con milo en la mano.

Empecé a hablarle, suave pero firme la voz, que la leche no se podía botar, que debía tomarsela porque ya estaba servida y no había más. La escuché llorar un rato y se fue calmando. La distraje diciendole otra cosa sobre sus muñecos. Le ofrecí de nuevo la leche, y se la tomó.

No sé que lección ni qué habrá quedado en su inteligencia y en su corazón de niña sobre esto, pero me siento tranquila.

1 comentario:

Saulo Medina dijo...

Te felicito por no haberte dejado medir el aceite.

A veces por muy psicólogos que seamos, no somos tan fuertes. ;-)