martes, 19 de agosto de 2008

Dar Gracias a Dios por todo

Hace poco entre tanto material que llega, leía algo sobre eso de dar gracias a Dios por todo. Por Todo.

Y así, con esa inspiración, doy gracias a Dios por el día de mi cumpleaños, por haber disfrutado de un año más sobre esta tierra.

Ese día lo pasé en la clínica y en cama, con una afección respiratoria, medicada y sin ganas de nada, ni de jugar con mi hija que saltoneaba por todas partes. Había ido al Encuentro Nal. Verbum Dei pero tuve que devolverme por que el clima era muy frío.

Y así, sin haber recibido el regalo que creía mío (el encuentro), y con los antibioticos dándome vueltas (todavía) tengo que decir Gracias, Señor, también por la enfermedad que me recuerda la fragilidad de este cuerpo, por la enfermedad que me hace ver la manera en que estoy manejando mis emociones y mis caminos.

Ni un pedacito de ponqué, mi mamá atareaba iba y venía cuidando a mi hija y dejándome dormir en su cama invadida por mí; los teléfonos, cómplices de este día extraño, se descargaron.

Apenas hoy voy respondiendo los mensajes de internet, mientras pasa la tos.

Y aquí, trabajando, no pienso mucho porque no tengo muchos alientos, pero doy gracias a Dios, porque Él sabe.

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