Si algo tiene mi hija, son unos ojos expresivos, una capacidad de hacer gestos con sus cejas, pestañas y miradas.
En medio de una conversación cualquiera, en un bus de transporte público, me miró con rostro de preocupación y me soltó "la" pregunta, otra vez: "yo no tengo papá, mami, ciedto".
Ah, carajo... yo no sé si alguna vez estaré preparada para esas preguntas y las respuestas.
"Hija, tú sí tienes papá, ¿te acuerdas que te conté que trabaja en Bogotá?"
Miró por la ventana y no me dijo nada. Esa respuesta estaba bien antes, pero ahora es floja y la mamá tampoco supo darle la suficiente energía.
Yo hablé con la terapeuta sobre esto, y me decía que no puedo interferir en las decisiones de él ni en la interpretación de ella sobre su propia vida a partir de la ausencia de su papá.
¿Y entonces yo que hago? ¿ser simplemente espectadora y quedarme con las preguntas difíciles?
Vueltas vueltas vueltas a la cabeza, respiración, normalidad.
Jesús, yo confío en ti. Por ella y por mí.
A mí me gustaría darle algo concreto para su mente, como que se murió o que se fue para la parte septentrional del mundo que no sé dónde queda. Pero ser honesta incluye saberle dar a mi hija la verdad en porciones individuales, adecuadas.
Y cómo lo explico lo que yo no entiendo.
Que por omisión de mi poder elección no elegí, y por lo tanto elegí mal. Lo siento bebé.
1 comentario:
Hay preguntas cuya respuesta tiene un ingrediente que no podemos controlar: el tiempo. Aveces se necesita tiempo para digerir algo, para entenderlo de una mejor manera, o para entenderlo simplemente.
Lo digo por experiencia propia: con el tiempo encontrarás la respuesta adecuada y todos estos ensayos de respuesta, tambián ayudarán a que cuando llegue la respuesta llegue completa.
Y Dios permitirá que todo esto suceda en el mejor tiempo de Isabella y el mejor tiempo tuyo
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