Estuvimos de visita en el pueblo de la familia.
En la casa donde amanecimos había también dos niños de paso, que luego iban hacia el campo, de año y medio cada uno.
En un comentario mi abuela dijo desprevenidamente: "pues como estos niños no tienen ni un juguete..."
A mí se me apretó algo adentro... ¿ni un juguete? Isabella tiene la caneca de hipopótamo llena, y muñecos hasta colgados en la pared.
Entonces apenas tuve oportunidad, fui a un almacén en el pueblo y conseguí algunas cosas de bajo presupuesto y antes de entrar miré a mi hija y le dije en el tono que le digo las cosas importantes: "hija, vamos a comprar unos juguetes para los niños, porque ellos no tienen nada para jugar, tú tienes muchos juguetes en casa así que vamos a comprar solamente para ellos".
Y ella, asintió.
Isabella normalmente es una devora-regalos, todo el tiempo me pide que le compre algo, que le lleve, pide aquí y allá... por eso esta tranquilidad de ver que su mami compraría para otros niños y no para ella, me dejó perpleja y contenta.
Compramos unos muñequitos, un carrito, un elefante para arrastrar y dos pelotas.
Los niños nos dieron sonrisas y alegría; Isa se sentó a jugar tranquilamente con ellos y sus nuevos juguetes.
Y yo la miraba, pensando. En el Jardín Infantil me han dicho que es solidaria. Me alegro de saber cómo siendo tan pequeña puede entender y aceptar lo que significa compartir con otros que tienen menos que ella.
miércoles, 1 de septiembre de 2010
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1 comentario:
Hermoso eso que haces de que Isabella vaya aprendiendo a compartir y que hay ocasiones en que no hay regalo para ella, sino que el regalo es para otros. Dios te bendiga
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