
Siento que con mi hija estamos cambiando de etapa, de la bebé a la pequeña niña.
Ahora ha entrado a la Guardería. Es indescriptible la sensación de vestirle su uniforme, sus zapatitos negros, su morral a la espalda y llevarla de la mano a su nueva vida de profesoras y reglas y compañeros de salón.
Aprenderá responsabilidades y yo también...
Dios bendiga esta nueva etapas de nuestras vidas.
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