viernes, 8 de febrero de 2008

La falta de talento para los finales

Casi un mes de desempleo me ha alcanzado para hacer muchas cosas, inclusive para ponerme al día con algunos antojitos pendientes como ver completa la saga de Star Wars 6 peliculas largas y mas o menos complejas.

En la pelicula VI, faltando media hora para el gran final, el dvd de dudosa procedencia entro en shock y no avanzó más... no supe que pasó con el emperador, con los skywalker ni con el imperio o la republica... oh!!!!

Pero bueno... en medio de mi estupor, recordé que ya había pasado por allí... falló el dvd final del último capítulo de la séptima y última temporada de Buffy la Cazavampiros, y era un dvd completamente original. Falló La Casa del Lago justo cuando habia superado el hecho de aguantar otra película con Sandra Bullock y Keanu Reeves en el papel de Sandra Bullock y Keanu Reeves, y me habia envuelto en la trama, porque juega con el tiempo y me gusta el juego con el tiempo.

Me perdí el final de La Viuda de la Mafia después de seguirla casi toda entera, las escenas finales de Shrek 2 y no pude ver los drago-burros porque me levanté antes en el cine.

Y no es solo para el cine mi extraña relación con los finales.

Si reviso mi agenda, tengo amistad con un montón de ex-romances. Y hasta mantengo la amistad con mis examigas. He guardado las cuentas de servicios de mis ex-casas y hasta los cuadernos de mi ex-carrera inconclusa a pesar que no recuerdo ni media formula química...

Cuando no hay finales, todo queda inconcluso... ni siquiera me gustan las despedidas aunque sé que me estoy despidiendo, como si en el fondo del corazón quisiera un poco más de cada cosa que voy dejando.

Ahora que pienso en esto... casi me curo... pero el fracaso de Star Wars en mi dvd me volvió a la realidad...

Después del nacimiento de mi hija, todo se ha centrado y concentrado en ella... incluso tuve problemas para recordar la palabra con que se designa al estudio desde la teologia del final de los tiempos cuando hace poco alguien me preguntó sobre ello y me arrojó mi pasado por delante... por Dios... todas mis cosas inconclusas ya tenían más de un año de abandono, mis 19 meses como madre casi me formatean mi tendencia a la inconclusión, dejando mis asuntos terminados por puro olvido, por pura ocupación limpiando rabito y averiguando por todas las droguerías de Medellín donde encontrar la leche Similac Advance Eye Q mas barata.

Por poco y me olvido de la inconclusa y agridulce Dora Andrea, la caminante observadora, la inolvidable desapercibida.

Y ahora, no sé si empezar a poner puntos finales o dejarlo así, no sé si seguir abriendo los libros comprados y no leidos que tengo en la biblioteca, que por fin saqué de las cajas de cartón, si borrar esos 100 teléfonos que tengo en cada celular o simplemente esperar a que llegue el día de esa llamada "hola te acuerdas de mí" o dejarlos ahí porque son rostros y situaciones que de vez en cuando me gusta recordar.
Igual situación con los 200 contactos promedio que hay en cada una de mis cuentas de internet.

Y como buen homenaje a mi tendencia a dejar las cosas sin final, este post,

1 comentario:

Argénida Romero dijo...

Me senti tan identificada con tu post. Ahora estoy enfrentando situaciones algo incomodas y dificiles precisamente por eso, por dejar cosas inclonclusas, por no cerrar etapas.

Eso me ha hecho reflexionar Andrea...dejar cosas inconclusas no es bueno. Los fantasmas de los puntos supensivos no son buena compañía. Al menos eso me dice mi actual experiencia.

Un abrazote como siempre.