
Tengo un nieto. El sábado por la noche, Isabella extendió una toalla en el suelo, yo intenté recogerla y recibí un berrido por respuesta, entonces observé: la niña dejó la toalla extendida, fue a buscar un muñeco bebé calvito (que antes no le importaba mucho), lo puso en la toalla, lo envolvió, lo alzó y me dijo: "nené" y lo acariciaba y le daba besitos.
No podría describir lo que sentí, de verla tan niña, tan mujercita, enternecida con su nené.
Y bueno, primera prueba de fuego para mi desempeño como mamá,

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