Isabella es toda una niñita de 18 meses, super activa, trepadora por todo lo que encuentra donde pueda subirse y también aprende por imitación.
El sábado estábamos en la Eucaristía y cuando nos pusimos de rodillas, ella miró a todos lados y entonces también se arrodillo, con una sonrisita casi luminosa y como hace ahora con frecuencia, metió su manito en la mía, qué consagración más bonita viví en ese momento.
Después, Isabella me dio la otra mano y quedamos ambas de rodillas tomadas de la mano. Por un ratito cerré los ojos y cuando los abrí vi a la niña mirandome con el ceño fruncido y los labios apretados, y pensé "así de solemne es como me veo ?" Entonces le sonreí y ella me sonrió.
domingo, 19 de octubre de 2008
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