lunes, 23 de marzo de 2009

El poder de las creencias

En la segunda sesión de la escuela básica de mujeres Omnilife, el tema fue Creencias. Y la metodología de la escuela está hecha para que quien se disponga pueda tocar su propio dolor y así encontrar respuesta a sus preguntas.

Este fin de semana hablamos de creencias limitantes, aquellas cosas que desde pequeños aprendimos a creer como reales y se quedaron a nivel inconciente, condicionando la manera en que vivimos, impidiendonos alcanzar las cosas que queríamos. Como si la vida y los sueños fueran tierra en la que sembramos abonamos y cosechamos... pero qué cosechamos? no siempre lo que creímos haber sembrado porque... había otras semillas más adentro.

Yo encontré varias, pero especialmente una creencia limitante que viene heredada por las mujeres de mi familia y que necesito cambiar, antes que la mujercita que crece en mi casa -mi hija- la absorba como esponja.

"Los hombres te hacen sufrir".

Esta creencia estaba presente en muchas mujeres de la escuela y nos explicaban que para cumplir la creencia, elegíamos relaciones con hombres con los que efectivamente hubiera sufrimiento presente. Y no estamos hablando solamente de relaciones afectivas y de pareja, sino de todas las relaciones humanas, jefes, amigos, familiares, compañeros de labor...

Y yo, pude descubrir una variante singular... gracias a la búsqueda interior que he tratado de hacer de tantas maneras, durante mi vida, quizás ya no me relaciono con hombres "chico malo" y me he encontrado con hombres buenos pero de alguna manera, logro sabotear las relaciones hasta lograr encontrar el punto en que sean "malos", me traten mal y puedan dañarme, para no decepcionar ni traicionar esa creencia.

Esto es muy extraño, ni siquiera sé si tengo razón en la interpretación que estoy haciendo, sólo sé que logro sentirme un poco menos perdida en el mundo y tengo una sensación de libertad que no sé bien cómo explicar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Escribes muy bien y me gusta cómo vas con tu proceso, ojalá todos tuviésemos la misma claridad que vas ganando.