miércoles, 3 de noviembre de 2010

Una mariposa


Día de disfraces.

Ignorando unas polémicas con católicos acerca de la oscuridad de la fecha, vestí a mi hija de mariposa y salimos a dar una vuelta.

El día estaba lluvioso y frío, y la niña tenía tos, así que nos fuimos pronto a casa.

Repartimos dulces, más que los que recogimos, pero ella estaba contenta que los niños llegaran cantando.

El toque divertido fue cuando Isa me preguntó: "mami, cierto que yo no soy una mariposa de verdad, soy una niña"

Tan bonita... todo lo procesa por su hermosa cabeza.

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