viernes, 31 de agosto de 2007

Correccion del post anterior

Fernando, mi compañero de trabajo vio este post "lo malo de mi hija" y me dijo: "no se ponga a decir esas cosas que eso es decreto, usted sabe; tenga en cuenta que si usted se muere mañana, su hija queda con ese muchacho."

Tanto Fernando como yo, tenemos una herencia de línea femenina de tendencia pesimista, mamás que nos quieren mucho pero que con una sentencia pueden oscurecer el más límpido día.

Y ambos estamos aprendiendo de mi jefe actual, E. Pedraza, una cosa que nos suena rarísima que es una oración con Fe, en positivo y hacia la abundancia. No del estilo "Señor, por favor sácame de esta crisis", sino "Señor te agradezco por la bendición que estás trayendo a mi vida en mis proyectos".

Por eso, acepto bien el regaño, y siendo de esta manera, ya no le pido más a Dios en una oración angustiada que cambie el corazón del chico que le dio por padre a Isabela, sino que más bien le digo, confiada y tranquila:

Te agradezco, Señor, porque haces del papá de mi hija un hombre bueno, responsable y amoroso, que alaba tu bondad al hacerlo intermediario para esta nueva vida y porque bendices su trabajo para que pueda con generosidad compartir con la niña lo que necesita y porque lo mismo haces conmigo, bendices mi trabajo y haces abundante mi economía, así como me das un corazón tierno y tranquilo que sabe perdonar y ver lo mejor de cada persona. Amén.

2 comentarios:

Argénida Romero dijo...

Hola Isabella. Siempre leo tu blog. Me alegra mucho que tu niña este tan grande y bonita.

Me imagino lo dificil que aún es para ti todo lo relacionado con su papá (aunque no te conozco en persona). Los seres humanos a veces somos...tan poco humanos. Pero nada, te admiro por tu fortalece, lo que sientes es normal y con el tiempo las cosas pasarán...yo en mi momento difìcil (que lo estoy pasando ahora) también creo firmemente en que las cosas pasan y te dejan lo mejor.

Un abrazote grande y mil bendiciones...

Argénida Romero

Anónimo dijo...

Andreita, los hijos no tienen la culpa de los padres que les corresponden, ni nosotras por darle la oportunidad a hombres que no lo merecen.
Al igual que tu ellos pasan al olvido y nuestro presente son nuestros hijos que por bendiciòn de Dios llegaron a iluminar nuestras vidas.
No te pienses en que serà de la Isabella sin el papá, por que ella no podra extrañar lo que nunca ha tenido, piensa mejor en todo lo que el se esta perdiendo (compartir la etapa del crecimiento de esa personita tan especial).

(Tía) Yuly