Isabela está en el jardín infantil mientras yo voy a la oficina. Como mamá precavida, la tuve durante medio tiempo la semana antes de entrar a trabajar y ayer fue el primer día que la chiquita estuvo todo el tiempo de 7 a 6 en el jardín.
Por la tarde la recogí y la lleve a la casa, la bañé, la llené aún más que de costumbre de mimos y canciones y vi que estaba cansada, tenía sueño, pues claro, ella tiene el sueño frágil y el ruido del jardín supongo que le hace difícil dormirse mientras se acostumbra. Antes que se durmiera la abracé y sentía dentro de mí un cierto amarguito y una traza de desesperación en el abrazo; investigué en mi corazón y encontré la causa: CULPA.
Me sentía muy culpable por tener que dejarla para ir a trabajar. Ahora empiezo a entender muchas cosas: sentía mi ausencia a la oficina como un agravio aunque ella está pequeñita y se adapta fácil pero yo con tal de no sentirme así la abrazaba y le cantaba y hubiera hecho cualquier cosa q me pidiera: si estuviera en edad hasta le hubiera comprado un xbox una barbie unas muñecas de my scene LO QUE FUERA...
jejeje... son las cosas que en sano juicio digo q nunca le voy a comprar... ay que cosas tan extrañas se suscitan en un corazón de mamá.
miércoles, 1 de agosto de 2007
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