martes, 3 de junio de 2008

agüíta

Cuando estoy lavando platos, Isabella se prende a mis pantalones y empieza a llorar y hasta ayer no había entendido la razón.

Después de gimotear un rato, se soltó y se fue a cuatro patas, al momento de silencio fui a buscarla: estaba en el baño chapoteando con el agua del inodoro.

¡ah! era por lo del agua... lo que me pedía era jugar con agua, como yo.

Le dije que me mirara: "Isabella eso no se hace, con esa agua no se juega, es sucia". Me miró con los grandes ojos expresivos que tiene, muy seria.

La lavé y la llevé a jugar al corralito.

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