lunes, 2 de junio de 2008

El Yoyo

Reunión de mujeres, ron con hielo y limón, 4 mamás cabeza de familia...

Son reuniones de yo-yo, en que cada quién empieza su frase diciendo "yo..." y quizás por eso se me hacen tan divertidas, porque cada quién se va compartiendo en sinceridad.

No pudimos ponernos de acuerdo sobre el regalo que queríamos para nuestros engendradores de nuestros hijos en el próximo día del padre. Yo insistí con el regalo marca Acme, pero la más joven de nosotras dijo que ojalá se muriera el papá de su Aleja y yo, que la rabiecita muerde intestinos no me alcanza para semejantes deseos, la miré escandalizada.

y escuchamos de la lucha de cada una, Angie que lucha por convencer a su familia y a su hijo que tiene una oportunidad con el amor; Dorita que ve como su familia se ha unido en torno a ella ayudandola con sus dos hijas, pero la hieren cuando le dicen que él era el bueno y ella la mala; Margarita que no decía nada pero también tiene lo suyo con su hija ya mayor; Marcela contándonos su visión desde hermana de una mamá soltera, que ama al padre de sus hijos aunque sea loko después de todo lo que le ha hecho pasar...

La conclusión fue, que criar un hijo solas es difícil, siempre.

Y yo, me llevé mi ramo de flores. Cuando estaban hablando del involuntario resentimiento hacia las criaturas por ser hijas del padre que tienen, yo les dije, con un hilo de voz, que yo no pasé por ahí, que ese pedacito me lo ahorré y que seguramente, había sido por toda la oración que había hecho, porque todos los días en el Trasmilenio cuando estaba embarazada, en vez de ponerme a pensar rabietas, hacía el Rosario.

Y Angie que ya lo sabía me dijo "es que por eso es que has tenido tanta fuerza, yo con una situación como la tuya, me suicido". Y yo me sorprendí, a veces me parece más difícil la de ellas.

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