Sólo comparable a la emoción de verte por primera vez al nacer, es la emoción de haber caminado contigo, de la mano, por la calle.
Tu manito agarrando mi dedo, tus pasos adquiriendo firmeza pero todavía vacilantes, constantes como un golpeteo mágico en el suelo.
Tu rostro de "mira que lo estoy logrando".
Es uno de los momentos más hermosos de esta maternidad.
martes, 17 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario