Anoche llegué de trabajar a las 10pm. Isabella llegó juguetona pero pronto se durmió y yo también. Esta mañana cuando ella despertó yo estaba ya lista para salir, la abracé, buenos días, ella se ríe y baila. Una raspadura en la frente que la niñera no tiene idea cómo se hizo.
Y otro día más, sin ella. Queriendo ver como se perfeccionan sus pasos. Esos minúsculos pies crecen más desde que empezó a dar pasitos.
Lloró cuando la dejé en la casa donde la cuidan y yo me devolví la abracé un rato y luego la tuve que dejar, llorando ella y hasta yo también.
Todos los días duele dejarla pero unos días más que otros.
jueves, 5 de junio de 2008
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1 comentario:
Son las lagrimas de una madre, cuantas veces tenemos que comernoslas, y poner fuerte el corazon. Antes la vida era mas facil, pero eramos mas dependientes tambien, ves, todo tiene un precio.
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