He hablado tanto del tema, que hasta mis muelas deben estar aburridas del mismo cuento.
Demandar o no demandar, esperar o no esperar, confiar o no confiar.
Si yo tuviera los recursos económicos suficientes para darle a Isabela lo que necesita y merece, ni siquiera consideraría la posibilidad de ir a la vía jurídica para que el papá le de su mensualidad.
Pero la situación es diferente.
"Cada niño viene con su pan debajo del brazo" dice un viejisimo adagio popular, sin embargo, esta sociedad moderna ha hecho la manera de pegarle su mordisco a ese pan, cosa que ya no alcanza para la alimentación del niño.
Desde que me enteré que estaba embarazada, yo tenía un sueño: Llevar las cosas por las buenas. Dejar que el papá se cocinara en su jugo hasta que entendiera que podíamos hacerlo bien, podíamos estar separados pero darle a Isabela unas bases de familia, o mejor de dos familias, que su papá y su mamá, aunque no estuvieran juntos, pudiera contar con los dos.
Pero no se ha podido. A medida que pasa el tiempo, él trata de desaparecer cada vez más y si no fuera por la casualidad que me ha permitido tener los datos de los abuelos de Isabela,
hace tiempos que él, simplemente, se hubiera desentendido de tener esta hija.
Cuando nació, yo lloraba mucho, a escondidas de las personas que me cuidaban, pero al mirarla, tan bonita, tan inocente, tan tranquila y saber que el responsable de la mitad de su vida prefería vivir sin tenerla cuenta... lloraba.
Pero ya va más de un año del mismo cuento, el mismo desprecio y tantas palabras en el aire.
Recuerdo bien una vez que me dijo: "no te preocupes, vamos a hacer la prueba de adn y si es mío, yo no voy a olvidar nunca un hijo".
Y yo, le creí.
Ahora viendo como han sido las cosas durante estos seis meses, que ha consignado cuando de alguna manera le he recordado que existimos... Me pregunto qué clase de persona es y porqué no quiere, simplemente hacer las cosas bien, tranquilamente y por las buenas.
El sabe, que si no es cumplido y juicioso con su deber, yo no tengo otro camino que la demanda.
La vez pasada tuve que llamar al abuelito de Isabela, o sea a su papá, me dio una gran vergüenza pero me la aguanté. Este hombre se ha puesto furioso, pero de repente encontró la manera de llamarme, el que llevaba más de dos meses "sin haber podido llamar".
Y ahora, otra vez, otros dos meses, sin dinero, sin noticias y yo como que me contagio un poco de su frialdad... será que cada dos meses l ahistoria será igual?
Como me dice tanta gente: no es mi decisión, son los derechos de la niña. Y yo, que tanta pereza tenía de doblegar mi orgullo e ir a entablar una demanda POR ALIMENTOS a un padre
desentendido...
Dejo este post, me lavo los dientes y me voy al consultorio juridico de una Universidad, para que me orienten sobre el proceso...
puah!!! bicho rastrero ponerme en estas... con lo ocupada que yo mantengo... ¿por qué no quiere llevar las cosas por las buenas?